Gracias a http://vidasana.org/ , os traemos este interesante articulo, en el que nos ayudaran a diferenciar la cosmética ecológica.

Actualmente los términos “natural” y “ecológico” en cosmética no están protegidos como sucede con el término “ecológico” en alimentación. Hay un reglamento que obliga a que lo que se indica en la etiqueta de un cosmético sea cierto y se pueda demostrar, actualmente los controles para a verificar si los ingredientes son naturales o no son escasos. A esto se suma el hecho de que la definición de “cosmética natural” o “cosmética ecológica” no está recogida en ninguna ley o reglamento. Por ello ciertas certificadoras privadas, asociaciones, fabricantes o grupos de fabricantes han creado sus propias normas y definiciones.

Los organismos de control:
Estas normas privadas están controladas y certificadas por terceras partes: organismos de control. Los organismos de control realizan inspecciones que garantizan que los fabricantes están cumpliendo la norma bajo la cual han decidido elaborar sus productos. Para asegurar el cumpliendo de las normas, las certificadoras realizan como mínimo una auditoria anual que garantiza la calidad de los productos según las diferentes normativas.

Los sellos:
Siempre que encontramos un sello en un producto hemos de preguntarnos qué significa y qué hay detrás de ese sello. Es muy importante saber diferenciar entre sellos de normas y sellos de certificadoras. Mas abajo encontramos unos ejemplos de sellos.

La consufión:
Por tanto, tenemos un panorama bastante complicado y que genera mucha confusión entre los consumidores. Las certificadoras son empresas públicas o privadas que están a su vez sometidas a control por un organismo de acreditación para garantizar su buen funcionamiento. Los protocolos de control y certificación que utilizan son muy estrictos y están claramente definidos y garantizan la confidencialidad sobre la información obtenida en el proceso de control y la ausencia de conflictos de intereses de su personal. Algunas veces una empresa o grupo de empresas crean sus propias normas pero estas no están controladas por una verdadera certificadora. El consumidor ha de hacer un auto de fe y creerse lo que las empresas dicen que cumplen. Como no existe un control legal sobre ello en las etiquetas podemos encontrar “sellos de calidad” tras los que no hay un verdadero control independiente y profesional.

Conclusion:
Para distinguirlas lo mejor es poder reconocer las que verdaderamente ofrecen garantías. Estos son los que actualmente se admiten en BioCultura:
sello bio

 

Fuente:

Vida sana;

http://vidasana.org/