Pagar para estudiar, pagar para relajarse, pagar para aprender idiomas, pagar para hacer yoga, pagar por pequeñas reparaciones… Hoy en día, nuestro modelo de sociedad se ha estructurado en torno al dinero para tener que disfrutar de un servicio. Es el intercambio por excelencia para conseguir cualquier cosa, sea la que sea, aunque esto no siempre ha sido así. Ya en la prehistoria existía el intercambio, cambiar un objeto por otro, una acción que evolucionó en los años 70 con el “Community Exchange”, el intercambio comunitario. Y partiendo de esta base han surgido los Bancos de Tiempo, que poco a poco se han ido popularizando en muchos barrios de nuestro territorio.

¿Qué es un banco del tiempo? La idea principal de este banco es que no se utiliza dinero, sino que se invierten horas y minutos, es decir, tiempo. Se trata básicamente de intercambiar necesidades por habilidades. Intercambiar servicios entre personas de manera gratuita y así potenciar la confianza en los demás para resolver necesidades personales y de la vida diaria. Es una nueva forma de fomentar la solidaridad, la cooperación y las relaciones sociales. Nos permite conocer mejor a la gente de nuestro alrededor y confiar en ella, reforzando los lazos de una comunidad, de un pueblo, barrio o ciudad.

¿Cómo funcionan? Tú ofreces tu tiempo a otra persona para ayudarla en alguna necesidad, ya sea una reparación, enseñar alguna habilidad, idiomas, pintura, ayudarla en alguna tarea, sacar a pasear al perro, coser, asesorar, dar masajes… por cada hora que des, recibirás una hora de servicio. La clave está en que es un intercambio multilateral, es decir, que la ayuda que recibas no tiene que ser necesariamente de la misma persona a la que has ayudado, sino que puede ser de otra persona.

Con la velocidad en que nos movemos hoy en día, no tenemos demasiado tiempo para dedicar a los demás. Vamos de un sitio a otro, ocupados realizando nuestras tareas y muchas veces no conocemos ni nuestros vecinos. Quizá se nos ha estropeado el horno y hemos tenido que llamar a un técnico cuando el vecino del segundo es un manitas arreglando electrodomésticos. Y quizás nosotros hablamos un inglés de primera y la peluquera de la esquina no puede aprender porque no le va bien ningún horario en una academia. Si el vecino del segundo me arregla el horno, yo enseño inglés a la peluquera y ésta le corta el pelo al vecino, no sólo estaríamos haciendo un intercambio de necesidades sino que permitiría establecer un vínculo entre nosotros tres.

Además, este intercambio es mucho más humano, ya que no hay un interés monetario ni de negocio, sino un interés de ayuda, de dedicación y compromiso. Actualmente dedicar parte de nuestro tiempo a los demás es muy costoso, por eso estas actividades tienen mucho más valor. Es otra manera de fomentar un consumo alternativo, que da más importancia a las relaciones humanas.

En los bancos de tiempo puede participar todo el mundo. Si quieres formar parte de ello, busca el banco de tu barrio o localidad e ¡inscríbete! Y si no hay ninguno, ¿por qué no te animas a crear uno?

 

Para todos aquellos seguidores de la zona de Baleares  os facilito estos enlaces.

 

 

 

 

http://www.ecomallorca.net/blog/los-bancos-del-tiempo-en-mallorca

https://15mpedia.org/wiki/Lista_de_bancos_de_tiempo_de_las_Islas_Baleares

 

 

 

Fuente:

http://www.vegetalia.com/blog/noticia/1504

 

 

Véase también:

https://es.wikipedia.org/wiki/Banco_de_tiempo